miércoles, 16 de enero de 2013

LA DOLOROSA CRISIS DE LA DEUDA (1ª parte)

Este ensayo, quisiera responder y dar una explicación a todos aquellos que viven una crisis, en cualquier zona de la periferia europea... y no pueden entender cuál es su verdadero origen.
Los orígenes son muchos, pero si hay un factor explicativo importante es el ENDEUDAMIENTO.
Cuando se abusa de contraer deudas, surgen las crisis de la deuda.
La última y más cercana, es la crisis de la deuda en Latinoamérica que se saldó con 20 millones de pobres más y muchos más millones de indigentes, en una situación muy complicada para los países.

Así, intentaré darle explicación a que significa esta crisis... que es una crisis financiera, derivada siempre, de una crisis política (pues quienes "nos dirigen" son unos buenos para nada).

Aprendamos de la historia. Que este escrito nos sirva para conocer y reflexionar sobre el pasado.
Cuestionarnos el presente. Construir el futuro



LA CRISIS DE LA DEUDA

¿QUÉ SIGNIFICA “UNA CRISIS DE LA DEUDA”?

Se ha de recordar, en primer lugar, cuáles son los orígenes y el sentido que tiene el endeudamiento en una economía capitalista. El crecimiento económico se basa en las expectativas. Así, una economía se adapta a unas expectativas optimistas de crecimiento y generación de riqueza para los próximos años. Las familias, compran a plazo muchos bienes (más o menos responsablemente). Las empresas se permiten tener pérdidas, sabiendo que en unos años las recuperarán. Y el Estado, invierte en asuntos deficitarios, como la educación o la sanidad, sabiendo que en muchos años más, las nuevas generaciones prosperarán con la inversión hecha.
El problema puede surgir, cuando los agentes económicos (familias, empresas, Estado) sobreexplotan esas buenas expectativas de futuro y abusan de ellas para gastar sin control alguno, o sobreestimando el futuro.

La crisis de la deuda es un término que implica la incapacidad de hacer frente al pago de los compromisos adquiridos en divisas y puede adoptar dos variedades: de liquidez o de solvencia. En el primer caso, la escasez de moneda extranjera es temporal, es decir, la estructura productiva del país es capaz de generar en un futuro próximo los recursos suficientes para reembolsar a los prestamistas internacionales. En el segundo caso, existe una incapacidad estructural para hacer frente a los pagos en divisas del servicio de la deuda (intereses más amortizaciones). La disyuntiva que se plantea es que, muchas veces, no se puede distinguir si el problema es de liquidez o de solvencia.

De esa manera, para que exista una crisis de la deuda el país en cuestión ha tenido que endeudarse durante varios años, habiendo incurrido en uno o varios tipos de déficits (déficit comercial, corriente o presupuestario) y en lugar de buscar una solución y su corrección, éstos se han mantenido en el tiempo. Así, dicho país se encuentra con problemas para hacer el pago de su deuda o se ve con problemas para generar riqueza en un futuro próximo y usar ésta para el pago de la deuda.



¿QUÉ SUPONE UNA CRISIS DE LA DEUDA?

Una crisis de la deuda lleva al país a una complicada situación que ha de corregir. De lo contrario este país corre el riesgo de la quiebra de su Hacienda y de la paralización de varios sectores productivos de la economía, frenando el crecimiento, la generación de recursos y así de riqueza con la que hacer frente al sobrendeudamiento.
En primer lugar, la crisis de la deuda señala un exceso de endeudamiento de dicha economía, que ha consumido muchos más recursos de los que por sus propios medios hubiese podido. Al consumir más recursos ha suscrito un compromiso de pago más unos intereses con la economía acreedora de éstos recursos.
En segundo lugar la crisis de la deuda señala un gasto superior a unos ingresos, que ha de corregirse pues la duda sobre la liquidez-solvencia de la economía evita que los inversores sigan financiando el déficit de esa economía

En tercer lugar, la crisis de la deuda apunta a unas políticas de ajuste económico para la corrección de ese déficit.

a)    Si el déficit es comercial o corriente (es decir, las importaciones son superiores a las exportaciones) las políticas que han de tomarse son las de fomentar las exportaciones y frenar las importaciones.

b)    Si el déficit es presupuestario, el Estado deberá fomentar los ingresos (vía tributaria) y desincentivar el gasto público.


La corrección de un déficit comercial o corriente puede tener importantes efectos. Con una política monetaria restrictiva (incrementando los tipos de interés) puede incidirse sobre la renta nacional deprimiéndola, y así afectando a las importaciones (éstas caen en mayor medida que la renta). También esta política económica reducirá la inflación y mejorará la competitividad de las exportaciones, mejorando el saldo comercial. La consecuencia es que al caer la renta nacional caerá la producción y el empleo… por lo que aumentará el desempleo y la pobreza. Hasta que no se elimine dicho déficit el sector privado y público estarán endeudándose aún más y más, por lo que se fomenta el pánico de una crisis de la deuda mayor.

En caso de corregir dicho déficit comercial con una depreciación de la moneda, los efectos serán una pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos y el encarecimiento de los productos importados… sin embargo abaratará las exportaciones y favorecerá la producción y el empleo (si los efectos inflacionarios no son fuertes).
La corrección de un déficit presupuestario  también es una complicada tarea. Con una política fiscal restrictiva en la que se suban los impuestos y/o se bajen los gastos que realiza el Estado puede reducirse ese déficit presupuestario y así el excesivo consumo de recursos por parte del ente estatal. Hasta que no se elimine dicho déficit el Estado estará endeudándose aún más, por lo que la deuda “pública” continuará creciendo. Estas políticas de ajuste llevan a una menor renta nacional, por tanto a un menor consumo, menor ahorro, menor inversión, menor producción y menor empleo, creando así desempleo y mayor pobreza.
Ignoremos las políticas de estabilización presupuestaria a base de emisión de moneda, es decir, de política monetaria expansiva, ya que aparte de ser prohibidas por el BCE, generan una inflación muy alta a través del proceso de “monetización de la deuda”

A la corrección de estos desequilibrios macroeconómicos pueden sumársele no sólo políticas monetarias y fiscales restrictivas, sino que también otro tipos de medidas cambiarias o comerciales tales como la liberalización de sectores económicos, la apertura al comercio exterior o la liberalización de la entrada de capitales y de flexibilidad financiera.





En la próxima parte expondremos la crisis de la deuda más significativa, la de Latinoamérica, y en la tercera parte hablaremos de España, que vive su propia crisis de la deuda desde 2007.


Al igual que España, países como Argentina vivieron una época
de gran crecimiento pero con un déficit por cuenta corriente, es decir, endeudándose. Tras varios años así, en el año 1982 se desata la crisis de la deuda.




Tras varios años de endeudamiento, Latinoamerica acumula a una cantidad de deuda excesiva e innasumible, que debe ser reprogramada por el FMI, y que deriva en aun más deuda y peores condiciones. La crisis de la deuda se alarga la friolera de 20 años (aproximadamente de 1980 a 2000).
Ello nos puede servir para anticiparnos al caso europeo.

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